
El Síndrome del impostor
Aproximadamente dos tercios de la población experimenta, en algún momento de su vida, el Síndrome del impostor, por una cuestión adaptativa. Se produce cuando pensamos que somos un fraude, que tenemos incapacidad de atribuirnos los propios logros.
Cuando se empieza a cronificar es cuando hay que pedir ayuda y tratarlo convenientemente ya que afecta negativamente a la persona, en su vida diaria y en sus emociones y a todo su entorno: laboral, personal y familiar.
Pero ¿en qué consiste el Síndrome del impostor?, este Síndrome del Impostor representa una alteración del funcionamiento psicológico saludable. No es una enfermedad mental reconocida porque no posee evidencia empírica suficiente y por eso no la podremos encontrar en el DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales). Pero existe como síndrome y se ha escrito mucho por psicólogos y otros profesionales de la salud mental en todo el mundo. Trata de sentirse inferior a los demás, sentirse no preparado e incapaz de conseguir logros y de atribuirse sus propios logros, estas personas sienten que son un fraude, que no son merecedoras del éxito que logran y si lo reconocieran pensarán que es el resultado del azar.
Este Síndrome puede sucederle a cualquiera y en cualquier etapa o momento. Suele ocurrir en el ámbito laboral, es donde más riesgo existe de desarrollar esta alteración psicológica y en personas bastante exitosas en general.
Los factores o posibles causas que lo originan son ambientales y de aspectos cognitivos. Las vivencias, las experiencias vividas por el sujeto son de gran importancia a la hora de ser mayor riesgo de padecerlo.
Todo esto lleva a experimentar sensación de inseguridad, falta de confianza en uno mismo y con lo que la persona realiza, estado emocional inestable, alteraciones del comportamiento, sobreesfuerzo en el trabajo y cuadro de ansiedad entre otros.
¿Cómo podemos tratarlo?. Es un Síndrome que pese a no estar catalogado como una enfermedad mental en el DSM-V, es un problema que puede llegar a afectar la vida diaria de la persona que lo padece de manera significativa incluido a su entorno más cercano. Es necesario , en cuanto la persona crea que no se encuentra bien, acuda a psicoterapia y tratarlo para superar los pensamientos negativos que le impiden hacer vida normal y que le generan ese malestar. Orientar a la persona hacia pensamientos adaptativos , acordes con la realidad y conseguir su bienestar.
Déjanos un comentario