
La mayoría de las personas tendemos a creer que poseemos mucho más control sobre nuestra vida de lo que realmente tenemos. Haz que suceda realmente.
Existe una leyenda que forma parte de la Mitología referida a Pigmalión, el famoso rey de Chipre y Galatea. Pigmalión era un escultor que anhelaba casarse con la mujer perfecta, se empeñaba en buscar esa mujer que reuniese características que expresasen su ideal de belleza como escultor. A esta estatua la llamó Galatea. Quedó tan fascinado por ella que soñaba que se transformaba en persona y se enamoró de ella.
Era tal su amor que pidió a los Dioses que le otorgasen vida: ¡Haz que suceda! imploraba… Los Dioses cumplieron su deseo y un día Pigmalión decidió besarla sin la sensación del frío mármol … comprobó que sus sueños se habían hecho realidad.
Como os hemos contado, es una leyenda pero nos expone el poder de creer en algo fuertemente, si lo creemos, podemos provocar que suceda. Este es el llamado efecto Pigmalión o la profecía autocumplida, que representa y describe la creencia de las personas para poder influir en las cosas o en el rendimiento de otra, en la pedagogía ó la psicología ó en otros ámbitos de nuestra vida.
Rosenthal y Jacobson, realizaron un estudio en 1968 para poner a prueba este efecto. Comenzaba con la información a un grupo de profesores de primaria de que se les había administrado a los alumnos un test de inteligencia, para pasar a continuación a darles los nombres de los alumnos que mejor puntuación obtuvieron . Por último se les dijo que lo esperable era que los alumnos fuesen los que mejor rendimiento obtuvieran al finalizar el curso. Y eso es lo que sucedió; la finalización del curso corroboró la expectativa, y los alumnos que habían obtenido puntuaciones altas en el test de capacidad intelectual fueron los mismos que sacaron las mejores notas en clase. Pero hay que tener en cuenta la vertiente negativa también, si un profesor vuelca sus creencias negativas sobre un alumno, el rendimiento de este pudiera ser peor que el obtenido si no hubiese conocido lo que se espera de el.
No obtendremos el mismo resultado en un examen si vamos con una idea preconcebida de suspender, que si vamos con la idea de obtener una buena nota; independientemente de los conocimientos que poseamos o de la dificultad del examen, nuestro resultado final se verá más o menos influido por nuestras expectativas sobre nosotros mismos.
El rey de Chipre, Pigmalión, tenía razón : haz que suceda y los sueños se cumplirán.
2 Comentarios
Mari Mar
Que bonita leyenda, que bien contada, te hace pensar y creer que hay que creer en uno mismo y hacer que sucedan cosas en las que creemos y ponemos nuestras esperanzas e ilusiones, hace sentirte bien.
Zonabienestar
En ocasiones solo hay que tener buena intención.El resto seguirá y sucederá. Gracias por el comentario.