
La adolescencia no solo preocupa a padres, también a los propios adolescentes. Sienten un enorme cambio en donde deben aceptar su transformación física y emocional. Todo es un carrusel de emociones descontroladas.
Su manera de reaccionar ante situaciones habituales: prepotencia, descalificación y soberbia hacia sus seres queridos, sus padres.
Los adolescentes aprenden a expresar y canalizar sus sentimientos en esta etapa ¿qué sucede cuando todo es negatividad y prepotencia?. Les enseñaremos que los actos no pueden ser negativos pues acabarán afectando a su sistema inmunológico.
El cortisol es la hormona del stress y la responsable de que las defensas no puedan hacer bien su labor. Es bueno expresar lo que uno siente pero invitémosles a que lo hagan evitando la ofensa, la ira y la rabia.
El aumento de la depresión en adolescentes tiene mucho que ver con la mala gestión que hacen de sus emociones porque no tienen espíritu constructivo y optimismo. Quejarse cada día, y a cada momento por todas las cosas hacen que ellos mismos se conviertan en su propio adversario. ¿Mejor cambiar no?
Por el contrario, la calma, los efectos de la seguridad, y la felicidad tienen que ver con el sistema nervioso parasimpático que potencia nuestra buena salud.
Por lo tanto:
– Sé alegre.
– Ten objetivos/ilusiones.
– Comparte con tus seres queridos tus inseguridades, ellos te ayudarán.
– Utiliza frases y palabras que signifiquen positividad.
– Ten esperanza.
– Dedícate cada día unos minutos, no muchos, a reconocer que lo has logrado.
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