
GARABATO
En nuestra vida cotidiana, y a lo largo de nuestro paso por la historia, nos hemos interesado por los detalles, siempre queriendo darles un sentido. Los niños poco a poco desde sus comienzos aprenden los esquemas sociales establecidos y adquieren normas y comportamientos en su núcleo familiar.
Todos sus aprendizajes les reportarán la herramienta futura para su desarrollo. Es fundamental entenderlos, atenderlos, educarlos y prepararlos para esa vida futura.
El dibujo infantil es un indicador que ayuda en el estímulo del desarrollo de los niños. El niño a través del garabato es capaz de expresar su estado emocional y psicológico, sus temores, sentimientos, inquietudes… pues relaciona su interior con el mundo exterior aunque no sea de una manera evidente o consciente.
La información que podemos recibir al analizar el dibujo de un niño, nos aporta datos que en muchas ocasiones no percibiríamos y que el niño aún no es capaz de verbalizar. Es el desarrollo de una actividad abierta a procesos cognitivos, psicomotores y emocionales. Al pintar, expresa sus emociones de manera libre, «cuenta» lo que no es aún capaz de expresar de otra forma y resulta muy importante como medio de expresión y conocimiento de su crecimiento.
Es importante motivarles, los niños tendrán la percepción de haber hecho algo importante, y esto hará que quieran exhibir aquellas producciones que para los adultos pueden ser líneas o rayas descolocadas. El feedback que los niños reciban de esas primeras producciones puede influir en el desarrollo posterior.
Podemos decir que el propio dibujo canaliza emociones. Los profesionales debemos fomentar el pensamiento creativo del niño. El Garabateo es algo para sí mismo, es una actividad que no requiere imitación de un modelo adulto.
A los 18 meses dibuja sin cesar, no hay coordinación motriz definida, sigue el impulso de su cuerpo. A los 24 meses ya muestra una intención, experimentación y ejerce un mayor control motor. Es, en su etapa final, cuando sus producciones gráficas tienen nombre y sentido.
El dibujo infantil es una técnica proyectiva y no se debe analizar de manera aislada, la familia debe ser parte y tendremos en cuenta los antecedentes y factores de su crecimiento.
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