
La educación de nuestros hijos, su cuidado y el comportamiento es algo que engloba la manera y forma de educar en valores.
Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, (INE) revelan que cada vez hay mayor permisividad en los adolescentes hacia la violencia de género. “Es algo que se está instalando muy cómodamente entre los jóvenes con el sigilo de un felino. Este año hemos tenido algunos casos de personas muy jóvenes“ nos cuenta Mónica Núñez-Cacho, Directora del Gabinete Zonabienestar en Madrid, Perito Judicial en Violencia de Género e intrafamiliar, pedagoga y terapeuta.
¿Qué está pasando? Los datos son muy preocupantes. Educar en valores es algo asumible por los padres y el grupo familiar, pero hay variables que antes estaban controladas y que hoy están cambiando: se confunde amor con el control hacia la otra persona. Y se permite.
El perfil que muestran estas jóvenes ante la violencia de género es el de la tolerancia por baja autoestima y la confianza equivocada unido a la necesidad de pensar que cambiará de actitud. El problema social de la violencia de género no es ya un problema de adultos, se ha convertido en un problema de jóvenes celosos, controladores, posesivos y marcadamente violentos.
Un chico que ejerce este tipo de violencia sobre su pareja llega a ejercer tal control que le puede pedir fotografías de que realmente está estudiando en la biblioteca, poniendo la mesa en casa o con sus padres viendo una película… y ellas lo hacen.
La adolescencia se define en general, como un período de la vida de la persona comprendido entre la aparición de la pubertad, que marca el final de la infancia y el inicio de la edad adulta, momento en que se ha completado el desarrollo del organismo a nivel biológico, psicológico, sexual y social. Algunos jóvenes necesitan mas tiempo y otros no. Educar en valores en este período vital, sigue siendo fundamental: es importante quererse, tener seguridad, el respeto a uno mismo y a los demás y la dignidad son valores básicos para no perderlos nunca.
Hay que pedir apoyo si una no lo tiene, y no pasa nada. Estos jóvenes, son varones celosos que buscan confirmar sus miedos realmente. La celotipia es una patología que puede acabar en obsesión y distorsiona con mucha facilidad la mente del que la padece. En muchos casos de los que somos testigos en las noticias, hay que medicar y los psiquiatras abordan el problema estabilizando la situación y complementando la psicoterapia.
Desde Zonabienestar el consejo es la prevención, educar en valores desde casa, tolerancia cero a la violencia, fomentar la autoestima y no confundir el control y los chantajes emocionales con la preocupación y el amor del otro.
2 Comentarios
Jorge
Buenos días,
Hoy en día se está viendo un fenómeno muy curioso en los jóvenes y adolescentes, y no solo me refiero a los chicos y jóvenes, sino a las chicas también.
Por un lado en los chicos se está observando un comportamiento extremadamente celoso y posesivo hacia las chicas: las controlan, les revisan los mensajes del teléfono, si salen solas con las amigas las controlan con el móvil, discuten con ellas por el largo de las minifaldas o se las prohíben si novan con ellos, etc, y por otro lado lo peor es que las chicas ven normal esa actitud tan celosa y posesiva en ellos y la aceptan.
Para los adolescentes y jóvenes, tanto chicos como chicas, se acepta como algo normal y natural que los novios sean podesivos y celosos con las chicas.
Hay alguna explicación del porque de esta tendencia?
Saludos,
Jorge
Zonabienestar
Hola Jorge, agradecerte el interés en nosotros y pasamos a responder a tu pregunta relacionada con Educar en valores.
Existe un problema de fondo y base y se llama falta de autoestima. Tanto en las personas celosas como en las personas que sufren este comportamiento. Los celos demuestran en su conducta una inseguridad y falta de sentirse bien consigo mismo( te recomiendo nuestro artículo «Celos»). Las nuevas tecnologías representan un avance social pero hay que hacer un buen uso de las mismas porque para este tipo de personas representa una herramienta de dominio. Nadie es propiedad de nadie. Al final esta falta de madurez y autoestima acaba llegándonos a terapia. También es importante saber que existe un condicionante cultural, según donde sea el lugar, puede haber arraigo tradicional que no se ha actualizado a los tiempos y donde la figura de la mujer está más sometida.
Muchas gracias por tu aporte Jorge, Un saludo.