
El Síndrome de Anna. En-amor-a-miento.
Anna Karenina fue una mujer importante de la aristocracia rusa. Casada, se enamoró de un oficial hasta la obsesión. Padeció una dependencia y necesidad constante por aquella persona, lo idealizó. Ella quiso verse reflejada en él y que existiera una enorme fusión entre ellos, pretendió que él solo tuviese ojos para ella, tanto emocionalmente como sexualmente.
Ella fue capaz de trascender su propia historia, sus costumbres, un marido y hasta su propio hijo. Todo por ese enamoramiento de querer a quien no la podía querer.
Ése es el síndrome: amar ciegamente sin darse la oportunidad de encontrarse con el otro. Lo sufren aquellas personas que sienten esa dimensión que va más allá de la experiencia del enamoramiento. Pueden llegar a sufrir mucho puesto que no es una forma sana de amar.
Este sentimiento, es el trastorno afectivo obsesivo que se caracteriza por el descontrol, la exaltación de los sentidos,necesidad de fusión afectiva, intensidad y dependencia de esa pasión.
En este tipo de relaciones existe una dimensión enajenante por su intensidad y descontrol. Más que una alegría es un sufrimiento por la ausencia, como en Romeo y Julieta que la vida no vale si no pueden amarse.
Los fenómenos pasionales, como el de Anna, son reconocibles en el estado agudo de enamoramiento por:
– Una enorme atracción, que es la necesidad afectiva.
– Identificación mágica con el otro, la idealización.
– Fusión o sentimiento de reciprocidad.
– Proyección. Verse a uno mismo en el otro.
– Exclusividad. Fidelidad sexual.
– Atención concentrada en el otro.
– Magnificación del otro.
– Pensamiento obsesivo.
– Energía intensa.
– Capacidad empática desbordante.
No obstante, el amor apasionado se añora. Quien lo ha vivido quisiera repetir, al menos una vez más. Sócrates decía que elamor es deseo y el deseo es falta por aquello que no se tiene.
Los seres humanos buscan su propia relación perfecta, encontrar la media naranja, completarse junto a ese alguien especial, realizar por fin la ilusión de la relación perfecta. Pero cuando esta búsqueda se instala en la mente de forma obsesiva puede verse frustrada una y otra vez por los intentos de no acabar de encontrar a ese ser especial y perfecto, dejando, quizá por el camino, un montón de situaciones reales que pudieron cuajar pero que siempre les faltaba algo…
Últimamente podemos observar la dificultad de muchas personas para emparejarse, es algo más que una moda y sensiblemente en aumento. Considero que es la certificación de que nuestras vidas afectivas no superan las relaciones ni la intimidad. Un buen medidor para observar la realización personal de una persona es la profundidad de las relaciones y los contactos íntimos que mantiene, los sentimientos que se permite experimentar y la disposición a dar y recibir, lo que es la reciprocidad. Tal proceso se enturbia, muchas veces cuando aparece el síndrome de Anna Karenina.
Pero no sería justo culpar a Anna Karenina puesto que puso toda la carne en el asador. Se entregó, se rindió a la pasión y quiso creer que aquel apuesto caballero la seguiría al fin del mundo. El error de Anna fue su inmediatez, se dejó llevar por sus sentimientos sin tener en cuenta los de los demás. Si se hubiera parado a pensar con algo más de paciencia, tendría más cordura y abriría los ojos al darse cuenta de la inconsistencia de la otra persona. Esto es lo que ocurre cuando solo hay pasión: hormonas.
El amor es dos, es procurarse felicidad, es gozar y cuidarse mutuamente, sin dejar de ser uno mismo.
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2 Comentarios
ManuelaCasas
Pienso que Anna Karenina es el personaje mas ruidoso de toda la historia, asi es cuando vivimos atados a las pasiones y obsesiones materiales que creemos imprescindibles en nuesta vida y nos harán felices,y Konstantin Levin el trabaja su interior para encontrar la luz y la coherencia en su vida, se busca dentro, escucha su voz interior, la brújula que le guía al bienestar desde la sencillez y paciencia,Anna Karenina es por tanto la sombra que da luz al Levin, que lo ensalza y destaca como contrate de dos caminos a los que todos somos libres de elegir y que a la vez ambos sirven como termómetro, para dirigirnos al camino de la felicidad y el amor verdadero, encontrar el error es como descubrir la luz que hay en la sombra y abrir los ojos sin miedo a ver que hay.
Zonabienestar
Gracias Manuela por tu aporte. Es una estupenda contribución ya qué entiendo que conoces este personaje y tu análisis resulta muy interesante. «encontrar el error es como descubrir la luz en la sombra y abrir los ojos sin miedo …» Muchas gracias de nuevo.