
Blanca estudia medicina. Su madre es médico, y su abuelo lo fue.
Desde muy pequeña interiorizó que eso era lo que se esperaba de ella a pesar de no tener clara la vocación. No es su verdadera vocación.
Blanca ha vivido una creencia no contrastada, convertida en una obligación y donde la ansiedad no le da tregua.Esta situación es ya un estresor importante en su vida y en su nivel de estrés.
Hoy, tener estrés no es una novedad. No llama la atención. Pero los datos nos dicen que el 74% de los españolesafirman tener preocupaciones estresantes, y, lamentablemente va en aumento según la consultora Towers Watson que desvela los principales motivos:
Una de las principales causas es la crisis económica a nivel mundial, más centrado en Europa y en la estabilidad laboral.
En el resto de Europa el nivel de ansiedad y preocupación por este motivo, desciende al 52%. La población sufre unaexcesiva presión en cualquier caso.
Los trabajadores no son optimistas en lo que respecta a que su situación mejore a corto plazo. Ahora los jefes esperan más de ellos y creen que deben trabajar más de lo normal.
Las creencias pueden ser arriesgadas como en el caso de Blanca, convencida de algo que le autogenera un estrés excesivo. Acudió a nosotros por este motivo.
En general, las personas centran su conducta en ¿qué esperan de mí los demás? Y ¿qué espero yo de los demás?… las consecuencias de todo esto vienen solas a las consultas profesionales. ¿Cómo puede influir sobre mí pensamiento y conducta, lo que «creo» que los demás esperan y cómo me puede afectar recibir algo de ellos que no corresponde con lo que esperaba y que a menudo no llega a ser satisfecho?
El ser humano dirige el comportamiento en función de las expectativas propias y esperadas. Esto es un condicionante generador de una importante carga de ansiedad. La frustración está servida. Esta es una emoción vinculada a la ansiedad.
El estrés se puede aminorar, evitar y hacer desaparecer.
– No necesitas esperar nada de los demás. Todo lo que los demás aporten debe ser bien recibido.
– Sé realista.
– Utiliza estrategias.
– Elimina creencias que condicionan tu conducta.
– Ten expectativas reales.
– Tienes derecho a no hacer lo que crees que los demás esperan de ti.
– Comunícate. Es la mejor manera de no lamentar malentendidos.
– Busca puntos de encuentro entre los demás y tú. Encuentra una dirección más enriquecedora para ambos.
Nosotros te asesoramos, solicita tu cita en info@zonabienestar.es o directamente en el 692 99 44 11. Te escuchamos.
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