
Cuando Irene llegó a consulta no sabía bien todo lo que podía lograr.
Perdonar no significa aceptar que un comportamiento fue el adecuado, ni olvidar un daño que ya está ocasionado. Perdonar es reconocer que cada persona hace lo mejor que puede en cada momento con la información que tiene o le llega y las herramientas de que dispone en ese momento. Es un camino para resolver esa situación y sentirnos más libres con la circunstancia, con el hecho en sí pero sobretodo, con nosotros mismos.
Por lo general el perdón suele ser visto de manera equivocada, de manera que le estamos haciendo un favor a otra persona, pero si lo examinamos objetivamente nadie tiene el poder o la autoridad de condenar a nadie haciendo juicios morales, donde la culpa tiene mucho que ver y es capaz de desequilibrar a la persona.
Irene acudió a terapia sosteniendo que una circunstancia personal era muy difícil de perdonar. No lograba liberar a otros de las culpas que estaba cargando sobre ellos y desconocía que el perdón libera siempre a su precursor.
El ser humano se equivoca y debe reconocerlo. Puede no ser fácil, y que cueste un tiempo y terapia, pero lo primordial es tener disposición para perdonar.
Lo primero que trabajamos fue la aceptación de la situación. Perdonar para reconectarnos con nuestra propia esencia, equilibrar nuestra mente y recobrar nuestra alegría y liberación emocional.
El ejercicio que realizó fue el siguiente:
- Le pedimos hacer una lista de todas las personas con las que podía estar enfadada y el motivo que lo había originado.
- Después pusimos música suave en un ambiente tranquilo de terapia.
- Dimos un tiempo concreto y corto para realizar esta tarea.
- Con los ojos cerrados le pedimos que enumerase la lista de memoria diciendo: “perdono a… (la persona), por (exponer el motivo).
- Llorar no es un inconveniente en esta técnica, al contrario.
- También debemos perdonarnos a nosotros mismos.
- Al finalizar, abrimos lo ojos y escuchamos la música un minuto más.
- Repetir este ejercicio de vez en cuando.
Normalmente, sucede que en la lista que se han escrito cosas, luego con los ojos cerrados aparecen otras que estaban ahí, en tu subconsciente que ni te acordabas.
Para lograr los beneficios psicológicos del perdón hay que tener paciencia con uno mismo, no estancarse en la postura, no rumiar el problema. Esto lleva tiempo pero se logra a través de la serenidad. Recuerda que eres tú el que crea tus propias emociones, nadie más y tú tienes el poder de cambiarlas y por tanto, de lograr el bienestar desprendiéndote del resentimiento. Identifica los beneficios.
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