
Los psicólogos consideran que cierta dosis de reflexión tiene consecuencias positivas para nuestra calidad de vida, pero cuando damos una y otra vez, vueltas a nuestros problemas, esto nos hace más vulnerables a la depresión y ansiedad y se convierte en rumiaciones.
Las rumiaciones son pensamientos nocivos que no dejan de rondar por nuestra cabeza, una y otra vez dando lugar a la frustración.
Las personas que tienen rumiaciones sienten la necesidad de no parar de pensar en algo y a la vez, necesidad de dejar de hacerlo. Esto es contraproducente para nuestra salud mental.
Según el mayor estudio realizado en Reino Unido por la BBC en colaboración con la Universidad de Liverpool sobre el stress, concluye que darle vueltas a las cosas en exceso es la antesala directa a la depresión y de la ansiedad.
La mente humana es una máquina compleja. Tener pensamientos negativos iguales es peligroso. La rumiación se considera una forma desadaptativa de autorreflexión porque intensifica la angustia emocional y psicológica que ya sentimos.
Las rumiaciones crean un círculo vicioso que nos puede hacer cautivos de la propia adicción de rumiar: cuanto más rumiamos, más nos sentimos obligados a seguir haciéndolo. Una discusión, un pequeño contratiempo, un examen que no sabemos cómo nos ha salido,… son en definitiva, sucesos que no hemos sabido procesar y que por ello están y se mantiene en nuestros pensamientos.
En nuestra vida diaria, nos vemos inmersos en situaciones y experiencias que pueden desencadenar sentimientos de stress, apatía, frustración o tristeza en las personas que lo sufren. Es muy agotador. La persona acaba con sentimiento de embotamiento mental y pueden llegar a distorsionar la realidad de los acontecimientos que ocurren a su alrededor.
¿Cómo podemos evitar o solucionar las rumiaciones?
– Lo primero que tenemos que hacer es ser conscientes de que nosotros mismos somos dueños de nuestros pensamientos y liberarnos de este nocivo hábito. Esto no es motivo para que pensemos que nuestros pensamientos son siempre acertados, a veces nos equivocamos pero debemos ser realistas con ellos, observarnos y realizarnos la auto-pregunta: ¿realmente darle tantas vueltas me ayuda en algo?, ¿necesito hacerlo?, ¿ me aporta algo productivo este pensamiento?. Lo que los profesionales llamamos la parada de pensamiento, resulta bastante eficaz para evitar atormentarnos.
– Tener claro que son un “enemigo mental” y que no debemos dejarnos vencer por ellos.
– Relativiza los problemas cotidianos, se positivo y piensa en el presente.
– Confía en ti porque tú eres el único dueño de tus pensamientos.
1 Comentario
Marga Mure
Rumiaciones, nunca lo habia oído, pero la verdad que reconozco a personas así en mi circulo cercano . Lo que comentas de la parada de pensamiento me ha parecido muy curioso.
Muy buen artículo Zonabienestar.